lunes, 6 de febrero de 2012

MiiiiiAU

Recuerdo como de pequeña quería un juguete a toda costa,
y cuando por fin lo tenia y jugaba un par de veces con el ya no lo quería,
me aburría. Fui creciendo y de alguna manera me pasaba lo mismo con
los chicos, los conocía, me empezaban a gustar y cuando los conseguía
al poco tiempo me cansaba, me agobiaban.
Y entonces, apareció él… no se pero pase el tiempo que pase no me canso
de estar junto a él, es totalmente lo contrario cada vez quiero más y más.
Él no es como aquel juguete que quería de pequeña,
él es como mi comida favorita, que da igual las veces que la coma porque
cada que la como la saboreo y me encanta,
exactamente como si fuera la primera vez que la pruebo.
Eso mismo me pasa con sus miradas, sus abrazos, sus besos…
que cada vez que me mira, me abraza o me besa es como si fuera la primera vez,
y podría mirarle, abrazarle o besarlo mil y una vez, y no cansarme nunca de ello.

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